#ElPerúQueQueremos

UDEX

"Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos".

Jorge Luis Borges

Publicado: 2015-08-02

Hace unos días decidí ver una maratón de películas que desde hace tiempo deseaba ver. Escogí unos cuantos títulos y me eché en mi cama dispuesto a descansar y disfrutar el día feriado. La primera película que escogí fue "The Hurt Locker", película con buena crítica y buenos actores, el entretenimiento estaba asegurado. Estaba viendo la película cuando de repente mi esposa entra a la habitación y me pregunta:

Amor, ¿qué estás viendo? -preguntó.

- Es de unos soldados que desactivan bombas, así como los UDEX -respondí.

En su rostro entonces se dibujó un gesto de no tener la mas mínima idea de lo que estaba diciendo, como si estuviese hablando en otro idioma, en lengua muerta.

-¿No te acuerdas de los UDEX? -pregunté.

-No amor, ¿que será eso? -respondió sin querer saber mas-. En fin, voy a salir a hacer unas compras, regreso mas tarde, disfruta tu día. -sentenció.

Su respuesta me dejó pensando en el porqué yo sí sabía qué significaba UDEX y ella no. Yo soy un adulto que fue niño en los años ochenta, ella es unos años mas joven y tal vez no recuerde que UDEX era una sigla común cuando yo era un niño. 

Continué viendo la película pero no dejaba de pensar en el niño que sabía esas siglas, en el niño que además sabía que UDEX y coche bomba eran palabras casi hermanas. Para ese niño la leche ENCI era fea, aunque no tanto como el pan tolete, que siempre sabía a quemado, a rancio. Ese niño veía con su papá por la televisión a ese señor morocho y de voz elegante que narraba las noticias, veía que en las cárceles marchaban los presos vestidos de rojo, portando banderas con la hoz y el martillo, veía que era una noticia común las muertes de gente inocente, siempre pobres, siempre campesinos. Ese niño vivía cerca al canal dos y a la embajada de Japón en ese época y tuvo que escuchar dos coches bomba, el del canal dos lo despertó en la madrugada y el de la embajada fue después del desayuno. En ambos la onda expansiva de la explosión causó estragos en las ventanas y las puertas de la casa. Ese niño tuvo un tío que vivía en la calle Tarata y sabía que lo había perdido todo. Recordé también que había que hacer cola para comprar comida, mi madre nos mandaba a mis hermanos y a mí a colarnos para poder conseguir azúcar, huevos, leche, etc. Para ese niño la CGTP eran las siglas de un grupo de laberintosos, que siempre salían en las noticias rompiendo todo a su paso, aunque para ser sinceros, eso era mejor a relacionarlos ahora con el sicariato. Ese niño sabía también que la cura para esos laberintosos era el "pinochito" o "rochabús", un carro con pinta de tanquecito que ponía orden a punta de chorros de agua. Ese niño sabía que MRTA y SL eran los "terrucos", y que los terrucos ponían los coches bomba, mataban gente, estaban en lucha. El papá de ese niño le trató de explicar un día de qué trataba esa lucha, el porqué, pero era un niño, para un niño las cuestiones y razonamientos de los adultos no tienen sentido, incluso ahora de grande aún no entiendo el egoísmo del ser humano, pero en fin, ese es otro tema. Ese niño veía en las noticias que Polay se había escapado por un túnel y que Abimael vestido de morado bailaba una canción bastante pegajosa. Recordé también que a pesar de todo, seguíamos siendo niños y disfrutábamos cada día. 

Reflexioné sobre los niños y los jóvenes de hoy en día, que saben el significado de EEG, BLT, RBD, LOL, YLS, etc, y que se emocionan con palabras como Combate, reality, pichicata, candy, etc. Las noticias nos cuentan de Angie y de Roberto, de Milena y del chato, de lo que pasó ayer en la novela. Las noticias, la gente, el ambiente, el aire ha cambiado. Esos niños y jóvenes de ahora, cuando los escucho hablar o comentar de derechos humanos o de socialismo, de comunismo, porque leyeron un libro por ahí, los que nunca supieron y nunca sabrán lo que es ser un niño en épocas del terrorismo, los que nunca tendrán la curiosidad de saber qué y porqué pasó, o incluso los mas atrevidos comentan como grandes filósofos, grandes pensadores, porque escucharon la opinión de alguien y la hicieron suya, repitiéndola como loros emborrachados. Siento incertidumbre, tengo miedo. Tan sólo pasaron unos años y parece que nos olvidamos de todo lo que vivimos, de lo que tuvimos que pasar para llegar hasta aquí, nos olvidamos de tanto en tan poco. 

Cuando me dí cuenta, la película ya había acabado. Apagué la televisión y salí a caminar. Dejé para otro día mi maratón de películas. 


Escrito por


Publicado en